martes, 16 de agosto de 2011

¿Le achicaron la cancha a Cristina?

El rotundo triunfo de Cristina el domingo 14 de agosto, y la masiva participación de los argentinos en las urnas, claramente dejaron sin discusión que esos comicios lejos estuvieron de ser una "gran encuesta" o una mera elección primaria, como muchos intentaron calificar.
Tuvo todas las características de una elección nacional en la que se determinó un rumbo y se enviaron mensajes en todos los sentido. Pero también se puede interpretar que la sociedad achicó la cancha y trajo el arco más cerca. Es decir, que los tiempos se modificaron y que la nueva etapa de los K en el poder no correrá desde octubre, sino desde agosto.
Octubre está lejos, y agosto prácticamente ya pasó. Este es un aspecto no menor, porque las elecciones de octubre podría resignificarse en su sentido o ratificar el elegido el domingo 14.

Por otra parte, respecto de los mensajes, se pueden identificar:
1) Para el Cristinismo, el apoyo masivo pone más condiciones que reconocimientos. Está claro que se pueden efectuar listados positivos de por qué la sociedad votó como votó. Muchas razones pueden partir de las condiciones económicas, del rumbo político o de la identificación ideológica. Pero lo cierto es que también deja al gobierno nacional sin demasiados márgenes para no encarar definitivamente temas centrales como la falta de vivienda, la inseguridad o la inflación, cuestiones que impactan directamente en las preocupaciones de los argentinos.
2) Para la oposición, la clara idea de que en ese ámbito no existen referencias reales de poder y que deberán revisar mejor su rol en la política Argentina. Ese sector, nunca pudo ofrecer a la sociedad más que un candidato, instancia instrumental de la democracia. No logró completar los casilleros anteriores: tener un proyecto y liderazgos.
3) Para todos, que la Democracia es demasiado importante para los argentinos. Que sus instrumentos, como el voto, están cada vez más en manos del pueblo que de los dirigentes o los técnicos de la política. A tal punto, que nadie tuvo previsto los resultados, al menos en su intensidad.
Quizá este es el dato más relevamente de la Democracia nacional: los tiempos y las condiciones "las ponen los argentinos".