jueves, 7 de enero de 2010

Cóktel de políticos = un argentino

Existen conclusiones instaladas en gran parte de la comunidad argentina, asociada a la idea de que existe una decadencia de valores, de institucionalidad, de política, etc, que contrasta con el funcionamiento de otras sociedades, como la chilena, uruguaya o brasileña.
Para esto, se parte de los estereotipos de los políticos que produce la sociedad que no son otra cosa que la expresión o la síntesis de lo que son los argentinos. Según esta visión si Néstor Kirchner es un indicador de "lo que somos" eso quiere decir que soy, sos, somos, irrespetuosos de las instituciones, corruptos, autoritarios, desleales, etc., entre otros conceptos que se utilizan para denostar al ex presidente.
Las mujeres, son como Cristina (bipolar le dijeron alguna vez, entre otras cosas) y otros tantos como Cobos (dubitativo), Macri (porteño de familia bien), Reutemann (siempre sale segundo), Carrio ("criticadora" serial) , etc.
Sería bueno que alguien reconozca y diga públicamente que se encuentra en todas o algunas de estas figuras. Alquien que pueda asegurar que es un poco de lo que encuentra en Kirchner, en Cristina, etc.
Esta visión puede ser, por lo menos peligrosa, porque tras fondo nos ubica como pueblo en una posición de mucha debilidad que lejos está de permitir el desarrollo de un espíritu de sociedad que se pueda proyectar hacia futuro como Nación.
¿"Qué nos pasó"? se preguntan. Cuándo dejamos de ser aquel pueblo generoso, solidario, trabajador, lleno de valores.
1) No estoy seguro que hayamos dejado se serlo. Seguro que usted encontrará a su alrededor a muchos que muestran estos valores.
2) No se si hubo un argentino anterior mejor que el actual. De última, ese argentino anterior sería el responsable del actual porque tuvo la responsabilidad de educarlo, gobernarlo, organizarlo.
Prefiero pensar que lo que nos pasó fue que hubo generaciones que vivieron con miedo, o desaparecieron; que fueron obligados a dejar sus convicciones y funcionar sobre las convenciencias más egoístas. No fue gratis lo que ocurrió hace un par de décadas atras... Y esto no se reduce solo a contar muertos o desaparecidos, sino en observar también que la gran traición que vivió la sociedad, tanto desde la izquierda como desde derecha, desilucionó a muchos que se acercaron a la política con sus utopías, ilusiones, ideas y convicciones, y terminaron de la peor manera.
Es preferible tener una mirada optimista hacia el futuro; saber que los malos políticos se están terminando y que las nuevas generaciones, aunque no estén visibles, también hacen política condicionando los procesos que vienen, paramentrando los escenarios en los que se debatirá en los próximos años.