miércoles, 17 de marzo de 2010

¿Se termina la democracia de la opinión pública?

¿Están en crisis los medios de comunicación como ámbito de representación de la sociedad? Sin dudas que siguen siendo muy útiles para que los ciudadanos puedan poner en cuestión sus problemas, y fundamentalmente, para que las autoridades los escuchen.
Siguen siendo el instrumento con que cuentan en reemplazo de las organizaciones sociales que le daban fuerza en otros tiempos, como las organizaciones sindicales, profesionales, los centros de estudiantes, los partidos políticos, las cámaras legislativas, etc.
De todos modos, hay luces amarillas que se prenden en su horizonte de la mano de las redes sociales e Internet en general. Muchos ciudadanos están encontrando en estos medios las formas de manifestarse sin intermediarios, sin traductores, sin "interpretadores" de sus sentimientos, quejas, alegrías o fracasos.
Porque precisamente, en los medios están los locutores, periodistas, etc. que necesariamente se interponen entre el problema y el ámbito público. Y muchas veces, estos intermediarios terminaban creyendo que eran los representantes de esos planteos.
En las redes sociales esto no es así. La representación individual es con nombre y apellido (y aveces con foto). Esta nueva dimensión de la representación social se convierte en un dilema para quienes gobiernan, venden o enseñan. Es una construcción social que se hace más allá de las formas instituidas. Una realidad que está fuera de la acción de los medios tradicionales por más que ellos mismos se procuren un espacio en facebook para estar en un lugar donde no están.
Esta nueva forma de vincularse de la sociedad está poniendo en marcha valores, estimula derechos y proclama virtudes que está lejos de lo que puede ser "controlado". Internet no tiene dueño, y hay muchos dueños de pequeñísimos pedacitos de Internet. De algún modo, se está conjurando un nuevo esquema de poder donde "la verdad del soberano" será ejercida directamente por el propio soberano, sin orquesta, sin director, pero con una partitura muy clara.